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MENSAJE DE LA ABA

La Asociación Bioquímica Argentina (ABA) se suma a la alerta brindada por distintos especialistas y Sociedades Científicas sobre el consumo de dióxido de cloro (CDS) como medicamento para prevenir o tratar el Covid-19.

Debido a la circulación de información en redes sociales y medios digitales relacionados a la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de Covid-19 u otras enfermedades, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) manifestó que el producto no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna para su comercialización y uso.

El 15 de agosto de 2020 se ha confirmado el fallecimiento de un niño de 5 años en Neuquén por consumo de dióxido de cloro. Un hecho similar sucedió el lunes 10 de agosto de 2020 en la provincia de Jujuy, donde un hombre falleció de un paro cardíaco como consecuencia de una intoxicación provocada por la ingesta de dióxido de cloro.

Está demostrado que el Coronavirus (SARS-CoV-2) reduce los niveles de oxígeno en el organismo de los pacientes con neumonía y enfermedad crítica. El principal argumento a favor del uso del dióxido de cloro es que libera oxígeno dentro del cuerpo de la persona que lo consume. Una cualidad indiscutiblemente atractiva cuando el mundo entero lucha contra un virus que “asfixia”, pero esto es FALSO. Por el contrario, esta sustancia puede oxidar a la hemoglobina (proteína del glóbulo rojo que sirve para transportar oxígeno a los tejidos) convirtiéndola en metahemoglobina que evita que los glóbulos rojos “suelten” oxígeno en los tejidos. Se generará, así, una hipoxia (falta de oxígeno) a nivel celular. Niveles elevados de metahemoglobina pueden dar lugar a depresión respiratoria, alteraciones sensoriales, coma, shock, convulsiones e incluso la muerte.

El dióxido de cloro se comporta como un agente oxidante que al reaccionar en agua genera clorito de sodio. Ambas especies cuentan con capacidad de oxidar cualquier tipo de compuesto orgánico, desde virus y bacterias hasta proteínas, de ahí su uso frecuente para potabilizar agua o algunas superficies.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha informado que el dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y, si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, además de graves trastornos hematológicos,

cardiovasculares y renales. La inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química, edema de glotis, y otras complicaciones respiratorias.

El 8 de abril del 2020, la FDA (Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés) que es la agencia gubernamental de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos, recomendó no comprar ni ingerir ningún producto a base de dióxido de cloro, porque no se dispone de evidencia científica sobre su eficacia ni seguridad.

El «suplemento mineral milagroso» (SMM), a menudo llamado «solución mineral milagrosa», en inglés Miracle Mineral Solution (MMS), es una solución 28 % de clorito de sodio (NaClO2) en agua destilada que al mezclarse con un ácido, ya sea ácido cítrico o el ácido clorhídrico en el jugo gástrico, reacciona formando dióxido de cloro.

Por lo expuesto, ABA advierte a la comunidad sobre el riesgo que implica consumir productos que contengan dióxido de cloro o clorito de sodio, ya que no hay evidencia científica sobre su eficacia, y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos, incluso la muerte.

Comisión Directiva ABA