NOMENCLADOR BIOQUIMICO UNICO
Por el Dr. Jorge Alegre. Coordinador – NBU. P/CTP-NBU. Presidente de la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (C.U.B.R.A.).
Introducción: La última década del siglo XX desencadenó, en nuestro país, realidades contrapuestas en el Sistema de Salud, en general y en la profesión Bioquímica, en particular.
Por un lado, en cuanto a nuestra actividad, una característica sobresaliente y positiva de este período, fue el importante desarrollo en ciencia y en tecnología que devino en una gran oferta de nuevos métodos diagnósticos in vitro y de instrumental de precisión. Este gran incremento en metodologías, técnicas e instrumental de aplicación al laboratorio de diagnóstico provocó un cambio en las miradas que las demás profesiones de la salud mantenían hacia la actividad bioquímica. En este nuevo paradigma, el rol del bioquímico se ha reformulado y re-posicionado a punto tal, que en la actualidad, para el diagnóstico de varias dolencias como para su seguimiento, control terapéutico y preventivo, basta con la realización de un examen bioquímico acertado.
Por otra parte, el desentendimiento del Estado durante grandes períodos de tiempo respecto al sistema de salud, propició un mayor protagonismo escénico de las empresas intermediarias y gerenciadoras de salud. Estas empresas, por medio de sus gestiones, transfirieron gran parte de la responsabilidad de financiación a sus propios prestadores, propiciando la crisis en la que se encuentra actualmente la salud en Argentina. De entre los diferentes tipos de prestadores y sistemas de prestación, los laboratorios de análisis clínicos son quienes están, actualmente, sufriendo el mayor impacto de esta crisis; pues, al estancamiento de los aranceles profesionales desde marzo de 1991, se suma la actual falta de reconocimiento en el incremento de los costos de las nuevas técnicas, del uso de nuevas tecnologías, de la implementación de sistemas de acreditación de la calidad y del aumento en los costos generales sufridos en los insumos y sueldos de nuestros empleados.
El incremento en el valor económico de los servicios públicos, alquileres, cargas impositivas, sueldos de empleados y costo de vida en general, aumentó las erogaciones referidas como costos fijos indirectos, de hecho, este aumento fue padecido por la mayoría de los sectores de servicios, y fue la salida de la paridad cambiaria, en diciembre de 2001, la que provocó el mayor impacto sobre el sector, pues nuestros insumos, consumibles y el mantenimiento del instrumental analítico, tenía y tiene al dólar estadounidense y al euro como monedas de referencia. Desde diciembre de 2001, los costos directos por determinación se han cuadruplicado, los insumos se pagan en dólares o se valorizan en euros; pero las prestaciones se seguían cobrando en pesos y, por más que las prácticas bioquímicas se revalorizaran, se seguía contando con una base a valores históricos que no se condicen con los costos reales.
Lo expuesto llevó a originar estrategias colectivas e individuales por parte de los prestadores para enfrentar la mayor crisis que haya sufrido este sector, así se originó una diversidad de ofertas en aranceles y nomencladores que aportaron a la falta de respuesta por parte del sector financiador. El surgimiento del NBU (Nomenclador Bioquímico Unico) se da a mediados de la primera década del siglo actual como fruto del consenso de la totalidad de los bioquímicos del país y buscando lograr una herramienta que contribuya a revertir la crisis desencadenada.
EL nacimiento del Nomenclador Bioquímico Único (NBU)
El 21 de Julio de 2005 se realizó en la ciudad de Córdoba la “Primera Jornada de Elaboración del Nomenclador” para prestaciones bioquímicas de aplicación nacional, con la finalidad de lograr una herramienta que permita a los bioquímicos revertir la crisis arancelaria vigente. Este encuentro interprovincial contó con referentes de Instituciones de carácter gremial y deontológica. Tuvo una duración de dos días, oportunidad en la que se logró consenso respecto a mantener la codificación establecida en el nomenclador del Programa Médico Obligatorio (PMO) y en conformar una comisión de trabajo a la que se le dio por mandato: listar, ordenar, clasificar y compatibilizar las prácticas bioquímicas en vigencia, favorecer a las prácticas de rutina, e instaurar el Acto Bioquímico; en otros temas. Para esta Comisión Técnica se seleccionaron representantes con experiencia en el tema, y lo conformaron representantes de distintas provincias como Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Río Negro y Santa Fe.
En el mes de setiembre del mismo año se presentó en la ciudad de Córdoba en el seno de la Universidad Nacional del mismo nombre, el trabajo realizado por esta primera comisión, con la presencia de representantes de la totalidad de las provincias del país, proponiendo la eliminación de prácticas que habían sido reemplazadas por otras y de técnicas que actualmente no son de aplicación. En esta reunión se propuso unificar las unidades, gasto y honorario (utilizadas en el nomenclador INOS), por una única unidad denominada Unidad Bioquímica (UB). En esta oportunidad, también se presentó la incorporación del código uno (0001) denominado Acto Bioquímico (AB) que reúne: los códigos 677 y 998 del Nomenclador INOS (Material Descartable y, Recepción y Toma de Muestra, respectivamente) entre otras acciones que se incluyen en su definición.
Otro tema de tratamiento fue la incorporación, en este nuevo nomenclador, de las prácticas denominadas como No Nomencladas o No Homologadas en los nomencladores anteriores y en las que además se debería tener en cuenta la frecuencia de uso obtenida por el análisis de datos reales aportados por todas las provincias, lográndose así, asignar la cantidad de UB de acuerdo a la realidad prestacional de nuestro territorio nacional.
Sobre el mandato otorgado y con los puntos propuestos aprobados, la comisión dio continuidad al trabajo, finalizándolo el 25 de Noviembre de 2005, oportunidad en que fue aprobado en su totalidad; en esta misma oportunidad se refrendó la continuidad de la denominada “Comisión Técnica Permanente” que tiene como objetivo, entre otros, la de receptar todo tipo de aportes, sugerencias y críticas con el propósito de mejorar y mantener en el paso del tiempo con las actualizaciones, la uniformidad con carácter de único; nació así oficialmente el Nomenclador Bioquímico Único el 25 de noviembre de 2005.
Elaboración del Nomenclador Bioquímico Unico (NBU)
Para la elaboración del NBU se tuvieron en cuenta tanto factores estructurales como factores económicos.
Entre los factores estructurales se consideró la desactualización y obsolescencia del nomenclador INOS que tuvo su última actualización el año 1992, con la gran falencia de no contener la mayor parte de las determinaciones analíticas que se desarrollaron durante el decenio de los ’90; otra situación desencadenante fue la proliferación de una gran cantidad de nomencladores en las provincias e incluso de nomencladores diferenciales por obra social, prepaga o mutual que generó gran confusión en la codificación de las prestación, impidiendo el intercambio entre nuestras entidades y dificultando grandemente la incorporación de nuevos analitos e incluso, de nuevas técnicas para prácticas ya nomencladas en el Nomenclador INOS.
Entre los factores económicos se instauró un nuevo Valor Base Mínimo Referencial, se logró una codificación única de prácticas bioquímicas, respetando la codificación del Programa PMO hasta el código 1.200 e incorporando las prácticas especiales entre los códigos 2000 a 9999 agrupados por etiología y siempre contemplando su utilidad diagnóstica, que finalmente fueron clasificadas y separadas en prácticas de alta y baja frecuencia de uso. Se justificó por análisis de costos la asignación de Unidades Bioquímicas como unidad de valorización de las prácticas bioquímicas, haciendo estudios de costeo sobre Equipos, Insumos, Mano de Obra e Impuestos y clasificándolos en costos fijos, variables, directos e indirectos; se trabajó con tablas como la que se muestran en el ejemplo para Glucemia y para Hemogramas. Se simplificó así la valorización utilizada por el Nomenclador INOS (Unidad Bioquímica y Unidad Gasto) utilizando y redefiniendo la Unidad Bioquímica (UB) como única unidad de valorización que incluye a las dos anteriores.
La estructura del N.B.U.
El menú prestacional se encuentra en consonancia con el Programa Médico Obligatorio y se incorpora la sección de Prácticas Especiales, a los fines de tener un ordenamiento exhaustivo de la actividad Bioquímica.
Las Prácticas Especiales (PE) de Alta y Baja Frecuencia se separaron luego de haber sido clasificadas y codificadas, facilitando adecuar el listado sin alterar el orfen alfabético, y dejando espacios libres, por lo que pueden permutarse unas en otras dependiendo del seguimiento estadístico de uso de cada una de ellas.
Conclusiones
EL NBU se ha pensado y gestado como un nuevo instrumento que permita valorizar por medio de Unidades Bioquímicas (UB) las determinaciones de laboratorio de análisis clínicos, de acuerdo a cada Región, a cada convenio y a cada nomenclador. Para ello fija un valor en UB para cada determinación codificada en el PMO-E, PE-AF y PE-BF. Este formato permite esquematizar para cada convenio llevando prácticas especiales de alta frecuencia y prácticas especiales de baja frecuencia o viceversa.
Estadísticamente, el NBU ha mejorado la valorización del nomenclador INOS en un porcentaje que aun contemplando el acto bioquímico depende del valor asignado a la U.B. y estableciendo de una manera más equitativa el monto a distribuir. Se trata solamente de una mejor herramienta para valorizar y abonar las prácticas del laboratorio con la tecnología que se cuenta en la actualidad de una manera mucho más adecuada para un mejor uso en cuanto no solo brindar el servicio con mayor rapidez sino también una mejor resolución, sensibilidad y especificidad. Es decir, que una vez reconocidos los cambios tecnológicos y avances científicos con el impacto inflacionario que influyeron de manera muy desproporcionada en el incremento en los costos, pasa a ser la forma más justa de distribución del recurso económico.
Actualmente se trata del nomenclador de mayor difusión y es el que se está presentado a las gerenciadoras, prepagas, obras sociales y mutuales, adoptándose como el nomenclador único para la codificación de las prestaciones bioquímicas que se realicen en nuestro país.
Transcurridos estos primeros (9) nueve años desde su aparición, la aceptación del NBU fue paulatinamente acrecentado a medida que los financiadores del sistema de salud fueron conociendo mejor este modelo, sus ventajas y las experiencias de quienes ya lo habían incorporado, observándose siempre notables ventajas en la aplicación de un mismo criterio clasificatorio por PMO y por etiología, la utilización de una misma Nomenclatura y codificación, como así también por el consenso logrado sobre las Normas e Interpretaciones.
Se ha conseguido así un instrumento muy bien reglamentado y prolijo, que se convirtió en un único nomenclador debido al hecho de su aceptación e implementación definitiva por todas las Entidades Bioquímicas como así también las distintas Obras Sociales y Empresas de Medicina Prepagas e inclusive, es de resaltar también que ha sido solicitado no solos por administraciones y prestadores públicos de gestión privada sino también por aquellas de gestión pública dependientes del estado.
Termino recordando además, que el próximo año va a cumplir 10 años de vigencia….
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