UN PLAN ILUMINADOR
Con motivo del aniversario de los orígenes de la carrera de Bioquímica se realizó el lunes 11 de noviembre, un acto conmemorativo en la Sala de Conferencias de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA) presidido por la decana profesora Cristina Arranz, y que contó con la presencia del vicedecano, doctor Pablo Evelson, la secretaria académica doctora Laura Schreier y numerosos docentes y profesionales de la especialidad.
Arranz destacó el hito que constituye haber gestado hace cien años una nueva profesión y haber “demostrado una vez más la influencia que ejerce y ha ejercido la Universidad de Buenos Aires no solo en nuestro país sino también en América Latina”. Asimismo señaló que los propios farmacéuticos de aquel entonces reconocieron que era imperioso darle otra impronta a su formación profesional.
Por su parte, Schreier resaltó que para fines de la segunda década del siglo XX los profesionales del área ya habían tomado conciencia de los avances científicos, y en especial del surgimiento de una disciplina, la Química Biológica. Fueron muy honestos –dijo– en reconocer que su titulación no les resultaba suficiente para abordar esa nueva disciplina y, en consecuencia, esa especialidad. Gracias a un plan iluminador, el de Doctorado en Bioquímica y Farmacia, impulsado por los doctores Juan A. Sánchez y Osvaldo Loudet, esa especialidad comenzó aquí, en esta Universidad. De allí en más Schreier delineó un repaso de los principales hitos en el desarrollo de la profesión hasta nuestros días.
Posteriormente tuvo lugar la mesa redonda “Rol del bioquímico en salud”, coordinada por Laura Schreier, y en la que expusieron los doctores Daniel Bustos sobre “Evolución de la bioquímica clínica desde mediados del siglo XX”, Alberto Lazarowski sobre “Biopsia líquida: una gran herramienta de la medicina de precisión en el laboratorio clínico”, Angela Famiglietti sobre “Diagnósticos Microbiológicos: antes y ahora” y Florencia Giliberto sobre “De la genética clásica a la big data”.
Para culminar el encuentro, se desarrolló la segunda mesa redonda: Debate: ejercicio profesional bioquímico en la actualidad. Miras hacia el futuro, bajo la coordinación del doctor Lucio Criado. Participaron como expositores los doctores Jose Oyhamburu, expresidente del Colegio de Bioquímicos de Buenos Aires; Cecilia Ghisolfi, en representación de la Confederación Unificada Bioquímica de la República Argentina (CUBRA) y presidenta de la Sección Bioquímica del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal (COFyBCF); Mariel Alejandre, docente del Departamento de Bioquímica Clínica y vicepresidenta de la Obra Social de Farmacéuticos y Bioquímicos (OSFyB) y María Cecilia López, secretaria general de la Coordinadora de Colegios de Ley de profesionales bioquímicos.
Intervención de Mariel Alejandre.
El futuro del ejercicio profesional se basa en la Atención bioquímica, con un Bioquímico activo en el equipo de salud, que salga de atrás de la mesada del laboratorio. Que brinde en la etapa pre y pos analítica la atención directa al paciente y al médico, que participe activamente en la construcción de perfiles de estudios bioquímicos que colaboren en el diagnóstico médico y que se involucre en la detección temprana de patologías que hoy son flagelos sanitarios, a través de un circuito inverso de atención, donde luego de la realización de parámetros bioquímicos básicos, consensuado por el sector, realice la derivación médica en los casos que así lo amerita. Es decir, como un verdadero agente sanitario. Entendiendo que este desafío es federal, es necesario a lo largo y a lo ancho de todo el país.
Desde la Obra Social de Farmacéuticos y Bioquímicos estamos haciendo los esfuerzos necesarios para implementar el pago de una consulta bioquímica, al profesional que implemente atención bioquímica a sus pacientes.
Y en el sentido educativo, la UBA vuelve a ser pionera, como hace 100 años cuando creó la carrera, ya que desde 2009 la FFYB tiene la educación de posgrado en Atención Bioquímica y con el equipo docente hemos dictado el curso en diferentes provincias de Argentina, como Santa Fe, Chaco, Neuquén, Jujuy, Misiones… y desde 2017 nos han requerido desde diversas universidades para volcar estos contenidos desde la formación de grado, como las carreras de Bioquímica de la Universidad Nacional del Nordeste, la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad Nacional de Rosario, la Universidad Nacional de Misiones y la Universidad Kennedy; lo que seguramente nos motivará próximamente a la inclusión de la materia de atención bioquímica en la carrera de grado de Bioquímica de la FFYB UBA.
En este nuevo centenario, hay que reposicionar al profesional Bioquímico en la sociedad y dentro del equipo de salud y los bioquímicos debemos comprender que somos responsables por los resultados individuales alcanzados por los pacientes, producto de nuestras intervenciones profesionales.
Intervención de Cecilia Ghisolfi
Estamos transitando los 100 años de esta profesión que hemos abrazado con mucha responsabilidad y compromiso, pero fundamentalmente, con amor. Cada uno de nosotros, desde el lugar en el cual nos ha tocado ejercer, hemos asumido el rol y llevado orgullosamente la bandera de nuestra lucha por sostenerla, defenderla y jerarquizarla.
Este año viene siendo un año complicado desde la problemática que enfrenta nuestra profesión y actividad bioquímica. Nuestra ardua tarea fue y es visibilizar la problemática bioquímica, entendiéndola no solo como una mera transacción económica, como algunos actores de esta coyuntura quieren hacernos creer. Tenemos y ocupamos un rol social, y ese es nuestro fin primario.
El agregar valor a la comunidad , y ése es el mayor problema que enfrentamos, no estamos siendo valorados por nuestra contribución, no se está teniendo en cuenta que la sustentabilidad del ejercicio de nuestra profesión está en juego, y que nuestra ausencia en el gran entramado social, no solo impactaría en los usuarios finales que son los pacientes y en las seguridad de esos pacientes a través de percibir servicios de alta calidad, sino en el conjunto de las familias bioquímicas y no bioquímicas que quedarían por fuera del sistema.
Los avances tecnológicos con la aceleración de la automatización, la inteligencia artificial, la nanorobótica, que seguramente producirán desempleos en los sectores de menor educación de la población y mayor desigualdad social, nos pone en jaque y nos lleva a preguntarnos: ¿Qué vamos a hacer?, ¿Cómo vamos a utilizar los poderes que la biotecnología y la tecnología de la información nos proporcionan?
… Ha llegado el momento de “repensar” nuestra profesión desde todos los ámbitos, teniendo como principal objetivo generar y brindar a los colegas, presentes y futuros, las herramientas y los valores necesarios para convertir amenazas en oportunidades.
Este proceso forma parte de la evolución humana, es el progreso, no podemos detenerlo, pero sí adaptarnos y aceptar el desafío. En esta nueva etapa serán tan importantes los conocimientos adquiridos como la automotivación y las habilidades blandas como las comunicacionales.
A nuestros jóvenes debemos contagiarlos de entusiasmo para que encuentren el área de la bioquímica que los apasione y los motive, y al mismo tiempo, incentivarles la creatividad, el pensamiento crítico, la comunicación, la facultad de resolver problemas, detectar oportunidades y, fundamentalmente, el trabajo en equipo y la colaboración para que puedan desenvolverse en este nuevo escenario. En un mundo totalmente cambiante, con una economía basada en el conocimiento, pensamos que éste el recurso más importante.
Seguimos fomentando las actividades de formación profesional e intercambio científico, nacional, regional e internacional. Sin embargo, la mayor crisis que atravesamos no es la económica, sino la que ha generado la educación superior.
En la búsqueda de solucionar los desafíos que presenta la sociedad actual sin recurrir a las disciplinas básicas, por el contrario, se han adoptado medidas, que se ven como mercantilistas, tales como la creación de títulos que amplían las denominadas zonas grises interprofesionales, como el impacto negativo que ocasiona el reconocimiento de títulos extranjeros sin los procedimientos de reválida o convalida habituales, en la salida laboral, particularmente de los nuevos profesionales.
¿Por qué subestimar nuestra capacidades y competencias?, queriéndolas igualar a otras titulaciones, cuando sabemos el Rol que juegan nuestras actividades bioquímicas en la salud de las personas. Cuando surgen errores en las prácticas médicas con pérdida de la seguridad de los pacientes, nos preguntamos cómo pasó…..
Todos estos temas nos interpelan, y nos encuentran preocupados pero activos, trabajando para achicar las brechas y diferencias.
DESAFÍOS: Repensar nuestra actividad; Qué modelo de servicio queremos tener; Qué valor agregamos a la comunidad que hacen uso de nuestros datos; Estar integrados a la definición de las políticas sanitarias y educativas, ya que somos nosotros los que estamos en contacto con la sociedad y observamos cuáles son sus necesidades
FOCO: Innovación tecnológica asistencial va a definir el rol del futuro de los bioquímicos y los laboratorios de análisis clínicos..